Maltrato animal, un crimen impune


España no tiene una ley nacional para hacer frente al maltrato animal que cada día es más grave y menos sancionado. A partir de una iniciativa popular ha surgido un movimiento en contra del maltrato que solicita a través de firmas un endurecimiento de las penas ante semejantes actos de crueldad. Este movimiento puede llevar consecuencias negativas ante determinados “deportes”.

Jéssica Murillo


En España no hay una ley nacional de protección animal. En 2009, se recogieron 1.300.000 firmas que reclamaron su creación ante el Congreso. Los representantes en las Cortes se escudaron en que era competencia de las Comunidades Autónomas. De modo que solo hay leyes autonómicas distintas entre sí e insuficientes. La única protección en el ámbito estatal es el Código Penal, pero carece de dureza. En el caso de maltrato y asesinato a un animal, la pena solo asciende de tres meses a un año de cárcel. Y si el maltratador no tiene antecedentes, una simple multa. El problema adherido es que modificarlo es difícil. El Código penal no puede cambiarse por iniciativas legislativas populares, y en el caso de las Comunidades autonómicas hay que seguir una serie de tramites que solo son posibles para personas empadronadas e inscritas en el censo electoral de cada Comunidad. Esto significa, que es inviable hacerlo a nivel nacional.

Ante la imposibilidades de tener una Ley Nacional de Protección de animales, se ha organizado una iniciativa popular, que amparándose en el derecho a petición que concede la Constitución, recogen firmas por toda España. El fin es solicitar a las Cortes el endurecimiento de las penas y la adhesión de España al Convenio Europeo de Animales domésticos, pues nuestros animales aun no gozan de la misma protección que en el resto de Europa. En el momento en que se produzca dicha adhesión sus normas pasarían a ser de obligado cumplimiento por nuestro país, siendo mas duras que las que tenemos.

Es importante saber que el derecho solo permite realizar una petición al gobierno. Este podrá llevarlo a cabo o no. Por esta razón, Laura Tomás, portavoz estatal de la iniciativa, explica que “tenemos que hacer tanto ruido como podamos, recogiendo el mayor número de firmas, asistiendo a las manifestaciones convocadas y corriendo la voz, para que de una vez nos escuchen”.

El detonante para la creación de esta iniciativa surgió hace unas semanas. Cuando se difundió en la red un vídeo que mostraba el sufrimiento de un perro de dos meses mientras era torturado hasta la muerte. Las imágenes eran escalofriantes. Tanto, que movilizaron a una gran parte de la sociedad indignadas porque estas horribles conductas no sean denunciadas ni juzgadas con la gravedad que merecen. Cuando una persona maltrata a un animal, genera violencia”, reflexiona Tomás. “Ésta se normaliza y, al final, es un tipo de relación permitida que pasa a otras esferas de la vida”, matiza. De este modo, organizaron manifestaciones en toda España entre el 25 y 26 de marzo. “El objetivo es lograr la adecuación de la legislación española y su endurecimiento para homologarnos a los países más desarrollados y civilizados”, recalca.

Es labor de todos poner fin a esta barbarie. Hay muchas cosas que hacer y todos podemos contribuir formando parte de esta iniciativa popular.

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